Arte, gastronomía, poesía e identidad en el Festival Creativo en honor a Pablo de Rokha
por Claudia Araya
Durante tres días, el Maule se llenó de aromas, palabras y música en la quinta edición del Festival Creativo Pablo de Rokha – Epopeyas de las Comidas y Bebidas de Chile, una celebración que recorrió Talca, Licantén y Curepto, conectando gastronomía, patrimonio, poesía y creación local.
Organizado por Maule Creativo y financiado por el Programa de Fortalecimiento de Ferias, Festivales, Encuentros y Mercados de la Economía Creativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el festival rindió homenaje al espíritu del poeta licantenino Pablo de Rokha y a su célebre libro Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile, invitando a un viaje sensorial y cultural por la identidad del territorio.
Entre el 16 y el 18 de octubre, la programación fue diversa y llena de cruces. Desde el Laboratorio para Creativos “Diversificar”, un almuerzo patrimonial en el restaurante Quinta La Chanchá y un encuentro de territorios creativos con representantes del Biobío, Ñuble, Valparaíso y O’Higgins, hasta las rutas patrimoniales por Gualleco, Curepto y Licantén. El cierre tuvo lugar en el Campo Cultural Llongocura, con música, mercado creativo y una energía comunitaria que unió cocina, arte y memoria en una gran fiesta al aire libre.
En escena estuvieron Gabriel Huentemil, La Terrible Colmena, Río Río, Verso de Rokha y la Compañía Hágase Payasito, junto a una muestra de artesanía y literatura que dio vida a un verdadero mercado de oficios y saberes.
Para Pamela Villagra, directora de Ruta de los Abastos (Región de O’Higgins), este tipo de encuentros son vitales para pensar el desarrollo desde la creatividad: “Las industrias creativas nacieron para eso: para desaprender y hacer de nuevo, para hacerlo mejor. Es importante que Maule siga sosteniendo este espacio y siga luchando por encontrar nuevos pasos para la región.”
Desde la cocina, el chef Marcelo Pinto, encargado del área gastronómica del festival, lideró experiencias culinarias que conectaron generaciones y territorios:
“Cocinamos con el corazón, desde lo simple. Recuperamos recetas antiguas, saberes campesinos y, sobre todo, a las personas, que son lo más valioso que tenemos. Este festival muestra esa cocina viva que une generaciones y rescata lo que somos.”
El encuentro también fue un espacio de aprendizaje compartido entre regiones creativas del país. Alexandra Garín, de Valparaíso Creativo, destacó el intercambio de experiencias: “Ha sido muy valioso venir al Maule y compartir con personas que buscan fortalecer una red de territorios creativos. Aprendemos de cómo acá se desarrollan experiencias rurales de turismo cultural y creativo, algo de lo que otras regiones también podemos nutrirnos.”
En tanto, Carmen Andrés de Mantilla, gestora cultural de Chillán, subrayó la importancia de la articulación cultural:
“Esta invitación nos permitió conectar con agentes culturales de diversos territorios y reconocer el esfuerzo que se está haciendo en el Maule por instalar los temas de economías creativas.”
Con su quinta edición, el Festival Creativo Pablo de Rokha reafirma al Maule como una potencia creativa del sur, donde la poesía, la memoria y el oficio popular siguen escribiendo —cada año— una nueva epopeya hecha de manos, voces y territorio.