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Maulinxs por el Mundo

Void: crear sin fronteras, tatuar sin género

por Carola Castro

En el universo del tatuaje, donde la piel se convierte en lienzo y las ciudades en estaciones de paso, Paula Coronado, más conocida como Void, ha trazado un recorrido que desafía fronteras geográficas y de género. Con 29 años, esta artista linarense ha hecho de la migración itinerante su sello personal, viajando entre Linares, Santiago y distintas ciudades europeas, con Portugal como su escala más prolongada.

Su trabajo, nutrido por una herencia artística familiar y una identidad creativa que une ilustración, naturaleza y libertad, revela una línea gráfica clara: figuras femeninas, naturaleza y colores que expresan emociones y construyen espacios seguros. Desde Edimburgo, Void comparte sus últimos proyectos en Europa, su experiencia de tatuar en contextos diversos y su mirada crítica sobre la valoración del arte en los diversos lugares que ha recorrido.

Paula, para quienes recién están conociendo tu trabajo, ¿Cómo te presentarías? ¿Quién es Voidd cuando no está ilustrando, tatuando o viajando?
Bueno, cuando no estoy en modo creativo, soy alguien que disfruta mucho compartir con las personas que quiero. Me gusta conversar, reír, estar con mi familia, amigos, amores. También tengo una parte más íntima: me gusta abstraerme, ver películas, documentales, cosas audiovisuales que me inspiran y me dan nuevas perspectivas.

¿Y qué tipo de películas te gustan más? ¿Hay algún director o directora que te guste especialmente?
Me gusta mucho Wes Anderson por su estética, es muy particular. También me atraen las películas con temas existencialistas o adolescentes, tienen algo que me llama. O esas películas que me dejan pensando. Esas pelis que muestran realidades distintas o mundos fantasiosos que sorprenden. Me fascina cuando alguien logra crear esos escenarios.


¿Y tienes alguna práctica corporal o deportiva?

Soy bien perezosa, lo admito. Me gusta estirarme y antes andaba mucho en bici, pero ahora viajando, mi “deporte” es caminar y recorrer. No me engancha tanto el deporte en sí.

Oye y tú estás Escocia ahora ¿ahí se usa mucho la bicicleta?

No tanto, hay muchas colinas y piedra, así que tampoco se ven muchos scooters. Lo común es salir a trotar. Además, Edimburgo es pequeño. Si estás en el centro, todo queda a 10 o 15 minutos caminando.


Hablemos de tu estilo. Tus ilustraciones tienen un sello muy claro: mujeres, plantas, colores. ¿De dónde nace esa estética y qué buscas transmitir?

Creo que empezó en la universidad. Desde pequeña dibujaba intuitivamente, pero ahí entendí los estilos y cómo podía desarrollar el mío. Fue un proceso de exploración, copiando también, que no lo veo mal: todos tomamos referencias, ya sea de la naturaleza o de otros artistas. Lo importante es cómo lo interpretas. En cuanto al mensaje, más que transmitir algo específico, lo que hago es expresar mis emociones. Lo que se percibe es consecuencia de eso.


Claro, y tu estilo ha ido evolucionando. ¿Sientes que hay etapas o influencias que lo han marcado?

Sí, totalmente. Desde hace unos cinco años empecé a firmar mis trabajos, como VOID 20, VOID 21 hasta hoy en 2025… eso me gusta porque me estoy posicionando en el espacio-tiempo. Los viajes, las películas, la gente, todo inspira. El tatuaje también me ha sacado de mi zona de confort. Antes no me sentía cómoda tatuando línea fina y  ahora es lo que más hago, entonces he podido perfeccionar y pulir esta técnica, porque a la gente es lo que le gusta y lo que pide. Al final, el público te desafía con sus diseños personalizados  y  eso te hace crecer.

Totalmente. Y estuviste en Creadoras (ver capítulo aquí) con Endémica en 2022, justo saliendo de la pandemia. ¿Qué significó para ti ser parte de ese proyecto y ahora de Maulinxs por el Mundo?

Bueno, lo primero es el lugar donde estamos haciendo la entrevista. Eso marca montón y me emociona mucho volver a aparecer en Endémica, ahora en esta sección. La primera vez fue especial porque nos permitió mostrarnos más allá de Instagram, conectar con la gente y visibilizar de dónde venimos. Ahora, verlo desde otro país me hace pensar en esa Paula del pasado que soñaba con esto. Es bonito reconocer que lo estamos logrando, que hemos ampliado horizontes y que esa primera instancia fue el inicio de algo más grande.

Claro, con Creadoras la idea era mostrar referentes maulinos en crecimiento, y Maulinxs por el Mundo viene a consolidar esa trayectoria.


Exacto. Es lindo ver cómo empezó todo y dónde estamos ahora. Algunas siguen creando desde distintas partes de Chile o siguen resistiendo ahí en nuestro territorio, o como nosotras que migramos. Creo que cualquiera sea la opción, siempre es muy válido y lindo seguir creando desde la posición que sea.

Así es crear, crear y crear.
Sí, no parar de crear. Yo creo que eso es lo más importante. Por consecuencia vienen las otras cosas.

Y este viaje que estás haciendo, ¿cuánto tiempo llevas ya?

Va para un año y medio, casi dos.


¿En Escocia o en varios lugares?
Por Europa. Empecé en Portugal y luego hice un eurotrip de unos 3-4 meses. Conecté con estudios de tatuajes, todo muy intuitivo, con mucha incertidumbre. Era mi primera vez en Europa, otro idioma, re encontrándome con gente del pasado. Fue muy lindo, aunque también hubo momentos duros. Me cerraron puertas, pero aprendí a no rendirme. Me bajoneaba, sí, pero seguía adelante.


Claro, salir del hoyo un poco.

Salir del hoyo, o sea, no te voy a mentir, en invierno hubo un mes que no trabajé nada. Trabajar como independiente, es un vaivén.


¿Y después de Lisboa fuiste directo a Escocia?

No, pasé por España: Barcelona, Granada, luego Montpellier, París, Lille, Brujas, Berlín, Múnich, Londres y finalmente Edimburgo.

¡Qué recorrido! Me parece muy interesante tu forma de migrar, tan itinerante. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Ha sido clave combinarlo con voluntariados. No tengo tanto dinero, así que trabajo en hostales, ahora estoy de recepcionista. Entonces no pago arriendo y vivo en comunidad, voy haciendo amigos y también tengo una rutina. Esto me da estabilidad cuando no hay tatuajes. Al principio no sabía que esto existía, pero conocí gente que voluntariaba y me contaron sus experiencias. Creo que es un buen mix para vivir viajando.


Claro, los voluntariados también te ayudan a generar redes, ¿no? Se van pasando los datos, es súper dinámico.

Totalmente. En cada lugar he hecho amistades, tanto de Europa como de Latinoamérica y Australia. Se van creando lazos, y luego puedes reencontrarte con esa gente.


¿Y el inglés? ¿Te ha costado o lo manejas bien?

Al principio me costaba soltarme, mi inglés es el del colegio. Pero trabajando acá en Edimburgo, todo es en inglés, así que he mejorado bastante. Aún tengo problemas con los tiempos verbales, pero me entienden, y con eso me doy por pagada.

Sí, el lenguaje es comunicación. En el Maule, nos pasa eso que no tenemos tanto contacto con otras lenguas, ni siquiera con lenguas locales como podría ser el mapudungun. Al final una se defiende con lo que aprendió en el colegio.


Sí, me da vergüenza no saber más de nuestra lengua. Conocemos lo coloquial, pero poco más.


Sí, sí es fuerte el tema de idiomas para nosotras. Void ¿Y antes de Europa, habías viajado a otros países?
Sí, a Argentina, Uruguay, Perú y Bolivia.


¿Y fue también por tatuajes?

Solo a Argentina fui a tatuar. Los otros viajes fueron más mochileros, para conocer.


¿Y qué diferencias culturales te han inspirado más en estos viajes que te ayude a la creación?

Lo que más me ha impactado es la confianza. En Chile tienes que ganártela, pero acá la gente parte confiando. En Portugal, el primer día me dieron las llaves del estudio sin conocerme. Eso no pasa allá. Esa confianza te da libertad creativa, porque sabes que la palabra se cumple. También me ha permitido conectar con personas que realmente valoran lo que haces.


Y también hay una diferencia en cómo se valora el arte del tatuaje en términos económicos, ¿no?


Sí, hay que considerar el contexto socioeconómico. En Chile, a veces se ve como una necesidad, pero el tatuaje es un lujo, un privilegio. Acá se entiende que estás pagando por una pieza de arte, por técnica, por durabilidad. Eso cuesta, y se valora más.


Y en Linares hiciste varias actividades, como ferias de tattoos y así, ¿no?

Sí, hicimos flash days y ferias. Volví de Santiago con ganas de activar el arte en Linares junto a amigos. Fue muy entretenido generar esos espacios, la gente los buscaba. No sé cómo estará ahora, pero fue muy bonito.

Ahora que se viene el verano, seguro habrá más actividades.
Sí, es el momento. Y creo que hay interés, sobre todo de gente joven, por cosas que no solo ocurren en las grandes ciudades. También podemos generar espacios locales.

Totalmente, ¿Y en tus viajes has participado en ferias o flash days para mostrar tu ilustración?

No mucho. Como viajo, es difícil andar con productos como poleras o polerones. Pero sí he vendido de forma más informal, usando mis diseños y que la gente me pregunte. Me gusta que sea algo más personalizado.

Sí, está súper. Por acá en Barcelona, hay espacios colaborativos, de cowork, donde artistas se organizan para ferias. ¿Has visto algo así en Escocia?

Sí, me parece súper interesante. Como he estado más itinerante, no he podido involucrarme tanto, pero me encantaría hacerlo más adelante.

Bueno, ya vamos finalizando esta entrevista ¡no lo puedo creer! Bueno Void, en tu trabajo has ido generando, según lo que vi en el capítulo de Creadoras, espacios seguros para las mujeres, como que igual tienes como un rollo ahí medio, no sé si feminista, También hay un historial familiar interesante en torno al arte. ¿Cómo se cruza eso con tu historia familiar y tu identidad artística?
Más que feminismo, me identifico con lo queer. Me gusta crear espacios libres para las diversidades. El tatuaje, para mí, no tiene género, y me siento más cómoda trabajando con personas que comparten esa visión. Esto también viene de mi familia: mi madre, mi abuelo, mi abuela. Siempre hubo una mirada de igualdad y libertad. Desde niña dibujaba en el patio, jugaba con barro, me cortaba el pelo como niño. La diferenciación de género la sentí más en el colegio, pero en casa no era tema.


Claro, ¿Y tienes referentes maulin@s en el arte, la ilustración o el tatuaje?
Sí, en Creadoras conocimos a muchas mujeres talentosas. Paz Olea es una gran referente, con arte abstracto muy potente. También mi profesora de arte, la señorita Mariana, del Instituto Linares, fue clave. Nos enseñó fotografía análoga, algo muy especial que no era usual en la enseñanza escolar. Hoy hay más exponentes: compañeras tatuadoras como Rocco, krpincho, Un Hechizo (que hace hand poke), haru, que aunque es un chico que tiene una sensibilidad muy linda. También he hecho varias cosas con mi hermana, Nathy Colores, siento que ella desde el maquillaje ha generado mucha escena. Hacíamos editoriales con Erick y Diego, que se encargaba de la ropa. Todo eso también es arte, y el arte es política desde otras miradas. También está con el cual hicimos los primeros flashday Polo, que hace música y estuvo en Los Choros del Canasto. Me encanta cuando se mezclan las distintas disciplinas: maquillaje, música, ilustración… se generan espacios comunes.


Sí, recuerdo eventos en La Chingana del Polo. Hay movimiento, aunque la gente va y viene.

Exacto. Ahí estuvimos con varios DJs igual. Pasa que la gente tiende a irse y volver. No hay nada tan fijo, pero siempre pasan cosas lindas. 

Y hay núcleos de creación importantes. En Talca, por ejemplo, está Casa Maleza. Y en Linares, tú, tu hermana, Diego, el colectivo Machina… hay que fortalecer esos espacios.

Sí, aunque cuesta. Muchas veces lo hacíamos por amor al arte, sin ganar nada. A veces solo lo hacíamos por tener material para el portafolio. Pero hay conocimiento y educación detrás y eso también debería ser remunerado, porque la verdad es que queremos vivir del arte.

Sí, es que hay que crear esa industria, aunque sea un montón de trabajo.

Hay que creerla. En Talca se ha hecho buen trabajo, y muchas personas de Linares migran allá o a Santiago. Nosotras que también somos migrantes.


Yo ahora estuve en el invierno de Linares y es realmente duro, muy largo y algo depresivo. Entonces a veces cuesta salir y organizarse… Me parece que en el hemisferio norte también pasa algo similar, todo se repliega y la gente va para dentro en el invierno.
Sí, es muy duro. Todo responde a ciclos naturales. Por eso voy en búsqueda del verano para trabajar. Por otro lado, creo que es importante que la gente joven de nuestras regiones, vea que se puede lograr es importante. A veces uno ve películas y sueña, pero ver a alguien de tu ciudad que está cumpliendo sus metas te inspira. Eso ayuda a creer en uno mismo.

Esa es la idea, también con Maulin@s por el Mundo: mostrar que hay desafíos, pero también posibilidades. El impulso de crear está vivo.

Sí, se puede. A veces te cierran puertas, otras se abren. Lo importante es seguir creyendo en tus capacidades.


Y dentro de este viaje migratorio, ¿cuáles son tus planes? ¿Volver a Chile o seguir viajando?

Pronto volveré a Chile, aunque creo que solo será por un tiempo, porque me gustaría seguir viajando, conocer más lugares y personas. Aún no tengo un lugar fijo, pero las ganas de seguir moviéndome están muy presentes.