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Con más amigos que Fondart se realizó la novena edición de la “Trilla de las Artes” en Llongocura

por Valentina Carrazú

La Trilla de las Artes 2025 vivió su novena edición en Llongocura, reuniendo talento nacional e internacional. Y hasta este Festival emplazado en los cerros cual teatro griego, llegamos con nuestra cobertura Endémica para compartirte los detalles y una selección especial de fotografías.

FOTOS: Eduardo Arenas

Entre los cerros, el arte resplandece. La “Trilla de las Artes 2025” celebró su novena edición del 8 al 11 de enero en el Campo Cultural Llongocura, ubicado en Curepto. Su programación incluyó elencos nacionales e internacionales, destacando la participación de actores y actrices de Argentina y Ecuador con las obras “Todo lo que nombro desaparece” y “Sacha Wasi”, entre otras. “Algo que ocurrió este año es que el nivel de los espectáculos fue notable. Fue por sobre lo que estábamos acostumbrados y creo que fue potenciado por los espectáculos extranjeros”, comenta Héctor Fuentes Berrios, actor, director y creador del evento.

Durante cuatro días, el público disfrutó de seis obras teatrales, bandas musicales, orquesta, cuentacuentos y cinco espectáculos circenses, entre los que destacó la participación del payaso “Tony Marraqueta”. En cuanto al equipo organizador, se mostraron sorprendidos y contentos, ya que esperaban ofrecer cuatro espectáculos por noche, pero finalmente fueron cinco por jornada. Además, Fuentes valoró la calidad y actitud del público presente. “A medida que pasa el tiempo, el público se ha ido depurando. Hay un público más sensible y respetuoso. Es un público acostumbrado a ver teatro o escuchar música diferente”.

“Mejor tener amigos que tener Fondart”
Desde su primera edición en 2015, la Trilla de las Artes se realiza una sola vez en enero, pero su preparación “tras bambalinas” dura todo el año. Para Fuentes, la Trilla es: “el corolario de mi trabajo”.

La autogestión ha sido fundamental en el desarrollo de este evento, pues solo recibió financiamiento Fondart en su tercera y séptima versión. Según su fundador “siguiendo los criterios de los jurados, nos dimos cuenta que no teníamos ninguna posibilidad. Para ellos, la Trilla no es interesante”. Pero eso no ha sido un obstáculo. En lugar de depender de estos fondos, Fuentes ha buscado nuevas formas de financiamiento y, como lo refleja el eslogan del festival, artistas de distintas partes del mundo viajan voluntariamente hasta Curepto para compartir su arte.
En cada viaje, tanto dentro como fuera de Chile, Fuentes difunde la Trilla. Su relato entusiasma a otros artistas, quienes, sorprendidos por la iniciativa, deciden sumarse al evento y compartir su trabajo. No obstante, el actor siente que esta “inofensiva propaganda” genera una responsabilidad adicional. “Hay un compromiso, pero, además, está todo lo que he construido y reparado. Si no se hiciera la Trilla, sería una gran inutilidad del espacio”, expresa.

Esta novena edición marca un nuevo punto de partida para el festival. “La verdad es que esperamos el próximo año hacer dos semanas en realidad”, adelanta Fuentes Berrios.