Anaís López, arte en cerámica bajo la filosofía del slow design
Por Mauricio CorderoEn la época de la producción en masa de todo tipo de utensilios y artefactos, el concepto de slow design o diseño lento se posiciona como una tendencia cada vez más atractiva para personas que buscan reencontrarse con productos únicos, hechos mano, teniendo en cuenta la calidad, la sostenibilidad y la conciencia en el proceso de diseño.
Si bien el slow design es una filosofía que data desde los años 80, en el Maule se hace cada vez más presente en las nuevas generaciones. Anaís López Montoya (24), oriunda de San Javier, es una de las artistas que trabaja bajo esta filosofía. Entre sus productos se pueden encontrar ornamentaciones navideñas, adornos para Halloween, portainciensos con distintas temáticas, entre otros diseños que se pueden apreciar en su cuenta de Instagram (@a.manocl).
Anaís comenzó a desarrollar este oficio en tiempos de pandemia de forma autodidacta e intuitiva. “Me vi con mucho tiempo libre y muchas emociones que necesitaban salir y expresarse de alguna forma, y la cerámica siempre me ha llamado la atención y consideré que fue el momento de probar algo nuevo que definitivamente me ayudó a soltar emociones y situaciones. Comenzó siendo simplemente un hobbie para mí, que me entregaba calma y conexion conmigo misma, donde experimentaba con formas, texturas, colores, todo de forma muy intuitiva, nunca vi un video, taller o curso. De a poco, mis cercanos comenzaron a ver mis creaciones y me pedían productos, y como estaba sin estudios ni trabajo decidí monetizarlo, ya que disfrutaba mucho crear cosas para mí y para otros”, cuenta la artista en conversación con Endémica.
Si bien el arte en cerámica actualmente no es la actividad principal de Anaís (estudió técnico en veterinaria y producción pecuaria y actualmente se dedica a la enfermería veterinaria y asistencia quirúrgica ortopédica veterinaria), este oficio le ha permitido conectar con sus emociones y ya lleva 4 años realizándolo periódicamente.
“Me inspiro mucho a través de mis emociones. Veo el arte que realizo como una sublimación de otras conductas, sentimientos o impulsos”, comenta.
De hecho, por medio de su trabajo en cerámica y su cuenta de Instagram, Anaís ha podido llegar a personas que dan gran valor a sus productos y que sensibilizan con lo que busca transmitir. “Mis clientes en general son súper conscientes del trabajo que hay detrás y siempre he tenido buenas experiencias en cuanto a conformidad de sus productos y vuelven a comprar o pedir más cositas, lo que también me lleva a más personas que disfrutan de mi arte a medida que van compartiendo fotos o pasando la voz”, explica.
Incluso, en el tiempo que lleva practicando el arte en cerámica, Anaís ya tuvo la oportunidad de realizar un taller online para personas de distintas partes del mundo. “Hubo mucho interés de México, Argentina, España, y varios más. Fue una experiencia muy bonita y gratificante, me encantaría hacer más talleres”, confiesa.
Aunque los estímulos en torno a su trabajo han sido positivos, Anaís se toma su oficio con calma, siguiendo la filosofía del slow design. “Para mí, este concepto hace referencia a ir con calma y poniendo atención a los detalles en cada pieza que voy creando. Sin prisa o presión para que cada pieza sea única y entendiendo los procesos tanto del modelado de la cerámica, el lijado, pintura, resina, packaging, que en cuanto a tiempo no son menores. Nos invita a favorecer un modo de consumo más ético y a alejarnos del exceso, en el sentido de que muchas veces la gente compra cosas hechas a mano y olvida que hay alguien detrás entregando mucha dedicación y cariño a la pieza, además de las horas de trabajo, y caen en la comparación de otros productos de cerámica producidos industrialmente de forma casi inmediata. Sin duda, esto disminuye un poco “la clientela”, pero me ayuda a encontrar mi público objetivo que entiende el trabajo a mano, y así puedo continuar disfrutando tanto de este oficio en lugar de sobrecargarme de pedidos y terminar estresada creando cosas solo por un valor monetario”, concluye.