Literatura

Cruces en el Desierto: polvo, viento y poemas con árida sensación

por Claudia Araya

El cartero golpea la puerta, es una encomienda para Revista Endémica. Es la primera vez nos llega un libro de regalo y estamos emocionadxs. Se trata de Cruces en el Desierto, un poemario cargado de intensidad que nos envió su autora, María José Figueroa, periodista radicada hace un par de años en Talca. Nos tomamos varias semanas para leerlo y releerlo, no siempre es fácil leer poesía y aquí hay imágenes literarias intensas en donde es necesario tomarse el tiempo para procesarlas.

María José, santiaguina de nacimiento y maulina por decisión, tiene una larga data como escritora, participó en el concurso La Porte des Poètes (en Francia, oui!), y tomó talleres literarios junto a Julieta Marchant. En 2018 su fascinación por este mundo la llevó a inscribirse en la Convocatoria de poesía de Queltehue Ediciones y adivinen quién gano. Fue así como su manuscrito Cruces en el desierto se convirtió en su primer libro de poesía.

Quisimos conocer más sobre la autora para intentar comprender cómo brota este tipo de poesía en alguien que ha crecido en una ciudad capital.

 

Hito 1:

Caen ruidos

rasgan gajos

altiplano

brota cobre

soy ciprés

aromo

grano mimbre

cuarzo

no

mis manos

raíces

agua

tierra seca…

Lo primero: cuéntanos de ti, queremos conocerte…

-Nací en Santiago y ahí estuve hasta hace 3 años atrás en que ya no pude más con el estrés, los tacos y la cantidad de gente y me puse a buscar trabajo entre Ovalle y Coyhaique, creo que el mapa me puso en medio, que es Talca. Estoy muy contenta de vivir acá, es muy tranquilo, tengo un buen trabajo, hay mucho por conocer, me parece que tuve suerte. Ahora el agua de Santiago me sabe mal y solo me iría si es que me llegan de esas ofertas que son de una vez en la vida. Por lo demás estoy muy a gusto aquí.

¿Y tu amor por la literatura cuándo nace?

Mi amor por la literatura fue algo que me inculcó mi papá. De chica me llevaba a librerías y yo podía elegir el libro que quisiera. Como él es muy buen lector, fomentó mucho la curiosidad y a medida que me veía leyendo más, pasaba más recomendaciones. Para mí, el paso de la lectura a la escritura fue natural.

Su incursión en la poesía en tanto, fue algo que se fue dando de manera orgánica. “Antes escribía cuentos, pero creo que algo se modificó en mi manera de pensar que me hizo pasar de la narración a la poesía. Ahora mismo no escribo en otro género, me parece que el cuento está hecho para otras estructuras mentales, ahora mismo me siento mucho más atraída por el verso y la prosa. Hace poco leí a Terry Tempest Williams, que fue la mejor lectura del año, y también me gusta mucho Diego Alfaro, así que espero incursionar más en la prosa. ¿Qué fue lo que cambió para pasar uno a otro? No tengo idea”, comenta.

Hablemos de Cruces en el Desierto. ¿Desde dónde nace esa poesía y cuál es tu vinculación con el desierto y esos lúgubres recuerdos?

Cruces comenzó con un viaje a La Tirana el 2009 con un poema largo que era como una visión. De ahí vinieron 10 años entre dudas vocacionales, relaciones, terminar la universidad, el trabajo y todas esas cosas que son la vida, pero lo más importante en realidad era poder tener una voz que sintiera propia y poder publicar algo que se acercara a mis propia exigencias. En eso recibí mucha ayuda, siempre digo que el libro no es individual, es colectivo, ningún libro se hace con una persona encerrada en su casa escribiendo, ninguno. Hay varios trabajadores y ayudas y amigos o enemigos detrás, esos son los mejores, lo que te zamarrean. Tuve suerte de que me zamarrearon poco, pero gracias a un par de rechazos y un par de talleres muy esclarecedores pude dedicarme a trabajar el tema del desierto con una confianza mínima para no avergonzarme de lo hecho. Todavía me siento así.

Participaste en un concurso literario en Francia llamado “La Porte des Poétes”, ¿Cuéntanos cómo fue eso? 

A ese concurso mandé ese primer poema largo que en Cruces se redujo a un mínimo expresivo, es el Hito 1. Es bueno poder mirar una primera verborrea hiperexpresiva pero poco satisfactoria poéticamente hablando y poder sacarle kilos de tierra de encima para llegar a un resultado que es como un grano, diezma lo que quería decir, pero es muchísimo más significativo.
En cuanto al concurso en sí no sé si tengo mucho qué decir, no gané pero me probó que sí podía intentar algo que valiera la pena. Fue un primer empujón.

¿Qué ha significado para ti el poder publicar tu libro con la convocatoria de Queltehue y dónde se ha distribuido?

La publicación es un cierre muy necesario a un proceso que llevaba mucho tiempo pujando. Es como ponerle una cinta y dejarlo ir, lo necesitaba después de tanto tiempo de trabajo y les editores de Queltehue fueron muy pacientes porque después de haber sido seleccionada para edición esperaron dos años a que el libro estuviera terminado. No sé si otres hacen eso, pero fue muy validante. El libro está en la web de Queltehue, en la librería Nadar de Noche y en Casa Librería, las dos en Santiago. Para acá (Talca), lo pueden comprar en la editorial o directamente conmigo @josefigueroaes en Instagram.

Portada del libro en Cerro Ballena

¿En qué estás actualmente en relación a la literatura?

Ahora estoy leyendo mucho, como paso previo a un segundo libro donde ya trato otros temas. No tengo mucho qué decir en esta etapa tan exploratoria, leo a Marosa Di Giorgio, Terry Tempest Williams y Camus por el momento. El verano de Camus es un clásico del verano, lo leo siempre.

 ¿Y has leído algo del maule?

He leído y conozco a Jonnathan Opazo, lo admiro mucho, su poesía es de verdad muy buena. No conozco a otros autores maulinos la verdad, acepto recomendaciones.

¿Cómo ves la escena literaria local?

La escena literaria local me habla más de la localidad de Chile, somos tan poco que todos se conocen, como pasa en casi todos los ámbitos. Creo que en poesía va perfecto, hay mucha creación y muy buena, de verdad es un lujo tener a les poetas que tenemos ahora. En narración el tema es bien distinto y falta mucho, muchísimo para volver a estar a los niveles que tuvimos alguna vez, ya no hay nadie a quien verdaderamente se pueda admirar, volvemos a Bolaño siempre, después de él ya no hay quien emocione o pueda darle la talla. Espero que las nuevas generaciones puedan ponernos de nuevo en la altura que alguna vez tuvimos, pero el arte no es una competencia, esto no es deporte, si no pasa, no pasa y ya. Ojalá la poesía vendiera tanto como la narrativa, se apreciaría mucho más lo que tenemos.
Ahora, en escena de Talca, o de Maule, no sé nada ni me he podido enterar porque llegué a la región en Julio del 2019, entonces me tocaron tres años bien raros entre estallido social, donde los temas eran otros, y pandemia, así que no he podido ver nada de nada. Si me quieren invitar a conocerla, feliz voy.


Leyendo en el Cerro Ballena este verano.

Pirca

Llega el miedo

a qué le teme

sala mis falanges

invoca al frío

me llama

a paso glacial

descubre su rostro

me reflejo

Extracto Cruces en el Desierto, Ediciones Queltehue, junio de 2021.