Revista Endémica

Artes Visuales

Macarena Ibáñez ofrece escultura con enfoque ecológico desde el Maule

Por Mauricio Cordero

La problemática ambiental está latente en todo el mundo y la Región del Maule no es la excepción. Proyectos de rellenos sanitarios cercanos a las comunas de Yerbas Buenas y Villa Alegre han generado polémica en la zona y dan cuenta de que el manejo de residuos es un tema que se debe abordar desde diversas perspectivas. Por eso, enfoques artísticos ecológicos como el de la artista visual linarense, Macarena Ibáñez, llaman la atención.

Macarena es Licenciada en Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, tiene 30 años y hace poco volvió a vivir a Linares, su ciudad de origen. Su principal lenguaje artístico es la escultura y su proyecto más reciente es una maceta vermicompostera, moldeada a mano en greda extraída de la zona, que permite aprovechar los residuos orgánicos vegetales para transformarlos en abono.

“Comúnmente estos desechos los tiramos a la basura, lo que encuentro preocupante. Pero si los aprovechamos en el vermicompostaje o sea, se lo damos a las lombrices, ellas nos darán a cambio humus que es un abono natural, muy nutritivo para la tierra y para el ecosistema en general”, comenta la artista visual.

Su maceta, inspirada en el proyecto de un grupo de ceramistas franceses llamado Les Transfarmers, está dividida en dos compartimentos. En uno está el espacio donde se siembra la planta, y en el otro se encuentra el vermicompostador, donde lombrices y diferentes tipos de microorganismos degradan los desperdicios hasta convertirlos en abono. Además, este mismo compartimiento abastece de agua a la planta y puede generar suficiente abono para extraerlo y aplicarlo en otras macetas del hogar.

Un ciclo maravillosamente conveniente, ¿no?

La preocupación de Macarena por el medioambiente no es algo tan reciente. Cuando vivía en la Región de Valparaíso, realizó llamativos trabajos en acuarela que consistían en re imaginar boletos de micro de esa zona y al mismo tiempo poner en relieve las zonas de sacrificio ambiental.

Para conocer más sobre el destacado trabajo de Macarena Ibáñez, conversamos con ella y esto fue lo que nos contó:

-Tu actividad principal como artista visual es la escultura, ¿cuáles fueron tus primeros acercamientos a esta técnica y cómo se transformó en tu fuerte?

-La escultura es el lenguaje artístico con el que mejor me entiendo. Cuando empecé mis estudios de arte y tomé los talleres plásticos, noté que se me hacía fácil  trasladar lo que veía al volumen. Igual me enfrenté a frustraciones, pero eran parte del descubrimiento. En ese tiempo me atrajo bastante la técnica de modelado, en la que das forma a través de la arcilla. Hoy sigo explorando la escultura, pero mediante el esculpido en piedra, voy a los talleres que imparte Marcos Moreno en la casa de la cultura, lo que ha sido muy enriquecedor.

-También haces trabajos en acuarela, entre ellos una serie de boletos de micro con mensajes de protesta. ¿Cómo crees que se va vinculando tu trabajo con lo social?

-La obra es reflejo de una preocupación, de la angustia que nace de la falta de conciencia ambiental de las autoridades. Se llama “Fuera de recorrido”, está hecha en acuarela y muestra 4 boletos de micro, cada uno con recorridos a distintas localidades de la 5ta región en las que hay zonas de sacrificio. Cuando viví en Valparaíso, hice una especie de catastro de estas problemáticas ambientales y me impresionó que hubiera tantas en una sola región. Que esta problemática ambiental esté contenida en un boleto de micro, para mí, hace alusión a la desaparición, a la nostalgia, a lo que podemos perder si no actuamos.

-Como docente, en Linares ya has dado algunos talleres de escultura, dibujo y pintura, varios para niños y niñas. ¿Qué tal esas experiencias? ¿hay interés?

-Sí, hay harto interés. Actualmente trabajo en la salita de lectura infantil de la biblioteca pública, ahí el objetivo es fomentar la lectura desde los primeros años. Mi propuesta fue motivar a los pequeños desde la pintura, el dibujo y las manualidades, y ha tenido buena acogida. Estos talleres se hacen todas las semanas. Vienen niñas y niños expectantes de pasar una tarde creativa y eso me motiva un montón, me alegra ver la salita llena y enérgica con niños explorando su imaginación.

-Tu proyecto más reciente es una maceta vermicompostera, ¿en qué consiste?

-La maceta vermicompostera es un proyecto que busca aprovechar los residuos orgánicos vegetales, para transformarlos en abono.

-¿Cómo llegaste a esta idea?

-La idea es de un grupo de ceramistas franceses. Lo que yo hice fue dar un diseño propio y ponerlo en práctica con materiales de aquí, con greda local. He hecho varios modelos y la que ya tengo en mi casa funciona súper bien, he podido cosechar humus incluso para otras plantitas.

-Algo hay que hacer con los desechos…

-Comúnmente estos desechos los tiramos a la basura, lo que encuentro preocupante, pero si los aprovechamos en el vermicompostaje o sea, se lo damos a las lombrices, ellas nos darán a cambio humus que es un abono natural, muy nutritivo para la tierra, para el ecosistema en general. Lo bueno de trabajar con vermicultura, es que las  lombrices consumen rápido y hay una especie, las lombrices californianas, que se adaptan muy bien a nuevos espacios. Por otra parte, la greda es un aislante térmico por naturaleza y no es tóxico lo que lo hace un buen hogar para ellas.

-¿Qué proyecciones le ves a este producto?

-Lo que más me interesa de este proyecto es la cerámica utilitaria, la que está al servicio de las necesidades actuales. Se ha empleado en la agroecología, en el riego de cultivos de zonas áridas. Creo que la maceta vermicompostera se puede masificar, es una buena alternativa para hacernos cargo de los residuos que generamos.

-También vi en Instagram que haces collares de cerámica, frascos y hasta bongs…

-Sí, hice varios objetos a pedido. Los collares son la continuidad de una serie miniatura de fachadas de casas que inicié en la pandemia.

-¿Qué te ves haciendo en 2 o 3 años más?

-Me veo con un taller de cerámica más establecido en mi casa en San Antonio haciendo clases, expandiendo el vermicompostaje.

-¿Qué le dirías a la gente más joven que tiene interés por aprender un oficio artísticos?

-Les diría que vale la pena escuchar esos impulsos artísticos. También les diría que, como en cada cosa nueva que hacemos, ante todo tiene que haber dedicación y paciencia, así podemos llegar a disfrutar de esa experiencia creadora que le hace tan bien a la vida, cultiva destrezas, habilidades y el autoconocimiento, además, se nos  puede abrir un mundo de posibilidades que ni imaginamos.


Sigue el trabajo de Macarena en su cuenta de Instagram.

Comparte:

Twitter · Facebook · Link